Los más frecuentes y significativos sucesos adversos informados en estudios clínicos controlados con pacientes tratados a corto plazo con Quetiapina fueron: somnolencia (17.5%), vértigo (10%), estreñimiento (9%), hipotensión postural (7%), sequedad en la boca (7%), e irregularidades de las enzimas hepáticas (6%).
Los sucesos adversos cuya incidencia con Quetiapina es igual o menor que con placebo incluyen los siguientes: dolor infección, hostilidad, detrimento accidental, hipotensión arterial, náusea, vómito, agitación, insomnio, nerviosismo, acatisia, hipertonía, temblor depresión, parestesia, faringitis, ambliopía.
La Quetiapina también puede provocar astenia leve, rinitis y dispepsia. Al igual que otros antipsicóticos, Quetiapina puede conducir a un aumento de peso limitado, sobre todo durante las primeras semanas de tratamiento). Se han comunicado algunos casos de crisis epilépticas en pacientes tratados con placebo (véase Advertencias). Al igual que con otros antipsicóticos, se han informado casos raros de un posible síndrome maligno neuroléptico en pacientes tratados con Quetiapina (véase Advertencias). Como otros agentes antipsicóticos, Quetiapina ha sido asociado con variaciones en el recuento de leucocitos. Se observó leucopenia y/o neutropenia asintomática transitoria en pacientes tratados con Quetiapina, habiéndose registrado una incidencia de 1,6% en estudios clínicos de pacientes tratados con placebo. Durante el tratamiento con Quetiapina, se han observado aumentos limitados de los niveles de triglicéridos y de colesterol medidos sin ayuno previo. La disminución de la T 4 total y T 4 libre fue máxima durante las primeras 2 a 4 semanas de tratamiento con Quetiapina, sin una mayor reducción durante el tratamiento a largo plazo. No hubo evidencia de cambios clínicamente significativos en la concentración de TSH. En casi todos los casos la interrupción del tratamiento con Quetiapina se asoció con la reversión de los efectos en T 4 total y libre, independientemente de la duración del tratamiento.