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Asma y ejercicio, ¿cómo me mantengo en forma?

Cuando se padece de asma, la sensación de fatiga y dificultad para respirar puede ser algo familiar. Frente a una enfermedad crónica que afecta las vías respiratorias, puede parecer prudente no realizar ejercicios que nos puedan dejar sin aliento.  

Sin embargo, no debe evitarse el ejercicio. Incluso se recomienda para pacientes con asma 

El ejercicio mejora la condición física y, lo más importante para este caso, fortalece el sistema respiratorio. El ejercicio acostumbra al cuerpo a una alta demanda de oxígeno, mejorando la capacidad aeróbica. Esto ayuda a largo plazo a que disminuyan las hiperventilaciones o ataques de asma.  

Eso sí, hay que tener ciertas precauciones, ya que si no se tiene cuidado se pueden desencadenar síntomas. A esto se le llama asma inducido por el ejercicio (AIE). Suele aparecer después de terminada la sesión de ejercicio, pero a veces puede aparecer durante.  

La aparición del AIE no significa que alguien que padece asma deba olvidarse de hacer ejercicio, solo significa que debe tener ciertas precauciones. 


Precauciones 

Ciertas precauciones generales pueden disminuir el riesgo de sufrir síntomas de asma durante o después del ejercicio.  

Respecto a los medicamentos, si se toman medicinas de acción corta o de alivio rápido, se pueden tomas de 10 a 15 minutos antes de empezar a ejercitarse. Con medicamentos de acción prolongada, como Ambiare, lo mejor es tomarlo por lo menos 30 minutos antes.  

Si notas algún síntoma, utiliza tu inhalador y deja el ejercicio. Si sientes los síntomas con mucha frecuencia durante el ejercicio, consulta con tu médico a la brevedad. 

El ejercicio siempre es bueno para la salud, lo único que tienes que hacer es tener las precauciones necesarias y disfrutar.